jueves, 30 de junio de 2011

LA CASA DE LAS ALMAS


Autor:  Gastón Almuna Varas
Escuela:  José Martínez Soto, Palguín Bajo
Curso:  7mo. Año
                                  

                                 Hace muchos años, había una familia que vivía en una casa muy hermosa, ellos se pasaban saliendo, casi nunca estaban en ella. Tenían mucho dinero, pero nadie sabía donde estaba escondido el dinero.  Los dueños tenían mucha confianza, porque habían hecho un pacto con Satanás, el que les aseguró que nunca se les iba a acabar el dinero.

                                   Cierto día llegó un forastero, que era uno de los mejores ladrones y también uno de los más buscados, él estaba en un bar, cuando escuchó que una familia  tenía escondido en su casa mucho dinero, y casi nunca era habitada.

                                   Este quiso robar  la casa, pero no tenía idea del pacto que tenía aquella familia con el diablo.  Al día siguiente el ladrón se presentó como un humilde forastero y lo recibieron con una gran alegría sin levantar sospecha de nada de lo que podía pasar.  Ese mismo día a la hora de la cena el padre de familia anunció, nos vamos de viaje mañana mismo y todos preguntaron qué será del forastero y el padre contestó, que lo dejaría a cargo de la casa y se iría cuando volvieran.  El forastero estuvo muy  de acuerdo con la decisión del dueño de casa  y no puso ninguna objeción.

                                   Así, el ladrón pensó que se le haría más fácil para robar la casa; esperó  que se alejaran para así poder robar, él tomó sus  herramientas y se puso a recorrerla, buscando por todos lados, y se dio cuenta que en el sótano había una puerta escondida, él pensó que ahí estaba todo el dinero, pero cuando entró habían dos cuerpos colgados con un lazo, nadie sabía nada de ellos, él se asustó porque empezó a escuchar unos ruidos en la casa, cuando de repente apareció un fantasma que le decía, “Por favor, libérame”.  Y así  como apareció, se desapareció del lugar, él quedó muy asustado y sintió que la casa se estaba moviendo, intentó salir corriendo, pero la casa le quitó su alma y nadie lo extrañó.

                                   Al final los dueños murieron y la casa nunca se destruyó.



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